De acuerdo con nuestra visión, sólo a través del acceso a la educación puede haber algún cambio en las nuevas generaciones de las comunidades vulnerables con las que estamos trabajando. Es la única manera de que los niños y niñas adquieran formación, conocimientos e inspiración para que puedan mejorar su vida y la de las comunidades de las que vienen en el futuro.
Y no sólo es nuestra visión, en la propia comunidad de la que proceden los niños y niñas a apadrinar, se identifica la educación como una necesidad estratégica. Sin embargo, a día de hoy, las familias no tienen los recursos necesarios para que sus hijos puedan estudiar. Teniendo en cuenta que hablamos de una media de unos 8 hijos por familia, si hay suerte, puede que uno de ellos consiga acceder a estudios superiores.
Así, establecimos junto a ellos la prioridad de identificar los casos más relevantes para poder contribuir con el apadrinamiento: niños o niñas procedentes de familias especialmente vulnerables, por un lado, niños o niñas con una capacidad /talento especial para el estudio y otros casos que, por diferentes circunstancias establecemos como estratégicos.
Hemos determinado diferentes tipos de apadrinamiento ya que en función del nivel de estudios de cada niño o niña y del lugar dónde tienen que estudiar, el presupuesto varía. Así, en función de la cantidad que el padrino o madrina está dispuesto a donar, el apadrinamiento es único, o se comparte.